Edificio Lago

UN MERCADO QUE BUSCA TRANSFORMARSE

Por Mario Gomez. 

Para Reporte Inmobiliario

Estamos pasando por un momento muy interesante, porque tenemos un escenario con la mayor oferta de inmuebles disponibles y la demanda puede hacer propuestas que el propietario esté dispuesto a analizar. Será un año en que las personas que buscan propiedades van a tener el poder de negociación y una vez que la oferta se vaya agotando van a empezar a fortalecerse los vendedores.

En ese contexto, ¿qué ocurrirá con los precios? Había mucha incertidumbre respecto de qué iba a pasar con los precios de los inmuebles en venta. Sabemos que con la incertidumbre que trajo la pandemia, las expectativas de baja eran muy significativas, pero en la práctica fueron de los activos que mejor defendieron su valor porque los activos inmobiliarios, en general, son inversiones muy seguras.

La pandemia también hizo que la gente valore las prestaciones asociadas a tener un inmueble “vivible”, dónde pueden contar con más espacio, estar más cómodos y poder así transcurrir la “nueva normalidad” en un mejor ambiente. Por otro lado, el home office vino para quedarse y la gente también busca que su vivienda le resuelva ese tema. Seguiremos trabajando “en línea” desde nuestras casas cada vez más adaptadas y complementaremos con reuniones en diferentes lugares que serán ocasiones para sociabilizar y conectar.

Es significativo como todos hemos invertido en nuestros hogares, especialmente dotándolo de dispositivos que mejoren nuestra conectividad. Sin lugar a dudas, en el futuro las casas se volverán más tecnológicas y adaptadas al trabajo diario. Muchas empresas se dedicarán a solucionar las necesidades de sus empleados de trabajar desde su hogar. Además, las personas podrán cambiar la zona en la que viven: se podrá estar en las afueras de las grandes ciudades, trabajar igual y generar el mismo valor.

En el mediano plazo, quienes perciban deficiencias en sus inmuebles serán los potenciales candidatos a encarar un proceso de mudanza. La pandemia nos aclaró mucho las ideas respecto de las cosas realmente importantes de la vida y quedó claro que el hogar es una de ellas.

El rebote en 2021 será la consecuencia de la estrepitosa caída previa (es la materialización del viejo principio que reza: “lo que no te mata, te fortalece”). Si se logran las expectativas de los principales economistas respecto a un crecimiento del PBI argentino del 3% (frente a la tendencia negativa evidenciada en los últimos tres años) es dable esperar un crecimiento aún mayor del sector inmobiliario. En síntesis, todas las señales del mercado hacen que seamos moderadamente optimistas, manteniéndonos expectantes respecto a cómo siga evolucionando la macroeconomía.

Yendo a los emprendimientos, mientras que en el mercado del usado, las principales razones para esperar una recuperación, vienen de la macro, en el caso de los desarrollos inmobiliarios van a primar los factores micro.

Hay muchos emprendimientos que gozan de buena salud financiera y están estratégicamente bien concebidos: buena ubicación, demanda genuina, producto coherente, equipo de desarrollo experimentado, precios acordes. En estos casos, la profesionalización demostrada y los criterios prácticos que permitieron surfear la pandemia y seguir adelante, van a impulsar la continuidad y conclusión del proceso comercial finalizando con resultados satisfactorios para las partes intervinientes.

Una buena noticia para este segmento es el blanqueo impulsado por el Gobierno. Si bien nadie espera una masiva movilización de recursos a través de este instrumento, sin lugar a dudas podrá tener un efecto concreto en aquellos desarrollos que tengan la capacidad de captar a potenciales inversores que recurran a exteriorizar recursos como posibilidad de acceder a un inmueble en construcción.

El negocio inmobiliario regresará totalmente fortalecido una vez que pasemos el invierno, siempre acompañados con mucha tecnología en su operación, desde el primer contacto que se establece con el cliente hasta el cierre y posterior servicio posventa. La gente seguirá apreciando la asistencia personalizada de los corredores inmobiliarios y sus equipos de ventas, pero con soluciones altamente tecnológicas.

Las perspectivas para el inversor son buenas y en el caso de los usuarios esta coyuntura les permitió descubrir que la calidad de vida también es inversión.

UN MERCADO QUE BUSCA TRANSFORMARSE

Por Mario Gomez. 

Para Reporte Inmobiliario

Estamos pasando por un momento muy interesante, porque tenemos un escenario con la mayor oferta de inmuebles disponibles y la demanda puede hacer propuestas que el propietario esté dispuesto a analizar. Será un año en que las personas que buscan propiedades van a tener el poder de negociación y una vez que la oferta se vaya agotando van a empezar a fortalecerse los vendedores.

En ese contexto, ¿qué ocurrirá con los precios? Había mucha incertidumbre respecto de qué iba a pasar con los precios de los inmuebles en venta. Sabemos que con la incertidumbre que trajo la pandemia, las expectativas de baja eran muy significativas, pero en la práctica fueron de los activos que mejor defendieron su valor porque los activos inmobiliarios, en general, son inversiones muy seguras.

La pandemia también hizo que la gente valore las prestaciones asociadas a tener un inmueble “vivible”, dónde pueden contar con más espacio, estar más cómodos y poder así transcurrir la “nueva normalidad” en un mejor ambiente. Por otro lado, el home office vino para quedarse y la gente también busca que su vivienda le resuelva ese tema. Seguiremos trabajando “en línea” desde nuestras casas cada vez más adaptadas y complementaremos con reuniones en diferentes lugares que serán ocasiones para sociabilizar y conectar.

Es significativo como todos hemos invertido en nuestros hogares, especialmente dotándolo de dispositivos que mejoren nuestra conectividad. Sin lugar a dudas, en el futuro las casas se volverán más tecnológicas y adaptadas al trabajo diario. Muchas empresas se dedicarán a solucionar las necesidades de sus empleados de trabajar desde su hogar. Además, las personas podrán cambiar la zona en la que viven: se podrá estar en las afueras de las grandes ciudades, trabajar igual y generar el mismo valor.

En el mediano plazo, quienes perciban deficiencias en sus inmuebles serán los potenciales candidatos a encarar un proceso de mudanza. La pandemia nos aclaró mucho las ideas respecto de las cosas realmente importantes de la vida y quedó claro que el hogar es una de ellas.

El rebote en 2021 será la consecuencia de la estrepitosa caída previa (es la materialización del viejo principio que reza: “lo que no te mata, te fortalece”). Si se logran las expectativas de los principales economistas respecto a un crecimiento del PBI argentino del 3% (frente a la tendencia negativa evidenciada en los últimos tres años) es dable esperar un crecimiento aún mayor del sector inmobiliario. En síntesis, todas las señales del mercado hacen que seamos moderadamente optimistas, manteniéndonos expectantes respecto a cómo siga evolucionando la macroeconomía.

Yendo a los emprendimientos, mientras que en el mercado del usado, las principales razones para esperar una recuperación, vienen de la macro, en el caso de los desarrollos inmobiliarios van a primar los factores micro.

Hay muchos emprendimientos que gozan de buena salud financiera y están estratégicamente bien concebidos: buena ubicación, demanda genuina, producto coherente, equipo de desarrollo experimentado, precios acordes. En estos casos, la profesionalización demostrada y los criterios prácticos que permitieron surfear la pandemia y seguir adelante, van a impulsar la continuidad y conclusión del proceso comercial finalizando con resultados satisfactorios para las partes intervinientes.

Una buena noticia para este segmento es el blanqueo impulsado por el Gobierno. Si bien nadie espera una masiva movilización de recursos a través de este instrumento, sin lugar a dudas podrá tener un efecto concreto en aquellos desarrollos que tengan la capacidad de captar a potenciales inversores que recurran a exteriorizar recursos como posibilidad de acceder a un inmueble en construcción.

El negocio inmobiliario regresará totalmente fortalecido una vez que pasemos el invierno, siempre acompañados con mucha tecnología en su operación, desde el primer contacto que se establece con el cliente hasta el cierre y posterior servicio posventa. La gente seguirá apreciando la asistencia personalizada de los corredores inmobiliarios y sus equipos de ventas, pero con soluciones altamente tecnológicas.

Las perspectivas para el inversor son buenas y en el caso de los usuarios esta coyuntura les permitió descubrir que la calidad de vida también es inversión.

También pueden elegir no vender. ¿Pueden elegir no vender? ¿Quienes? ¿Cuántos?

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