Monoambiente

LOS MONOAMBIENTES SON LOS NUEVOS FAVORITOS DE LOS DESARROLLADORES

Zonaprop.

Por qué las firmas constructoras apuestan cada vez más por las unidades más chicas. Qué pide el mercado hoy.

Invertir en ladrillos es un clásico, sobre todo en países como la Argentina donde se busca con urgencia un refugio de valor para los ahorros. Pero las distintas crisis que se suceden hacen que el acceso a un inmueble, incluso para quienes no lo buscan como primera propiedad, sea cada vez más difícil.

Así y todo, la construcción continúa en movimiento, con una clara tendencia a la vista: los desarrolladores apuestan por proyectos donde dominen los monoambientes.

Alcanza con hacer una rápida búsqueda en Zonaprop para comprobarlo. En la categoría “Emprendimientos” hay una lista de casi 3000 desarrollos inmobiliarios con opciones de monoambientes en venta. Ni hablar si el filtro e incluye usados y a estrenar: el número de departamentos en venta supera las 62.000 unidades.

La tendencia a optar por los monoambientes tiene un carácter local y global. Según Damián Tabakman, presidente de CEDU (Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos) que agrupa a los principales desarrolladores inmobiliarios del país, el primer factor que explica este fenómeno tiene que ver con una baja en el poder adquisitivo de la población, que se ve especialmente acelerado por el difícil contexto macroeconómico argentino, lo que hace que muchos compradores elijan los monoambientes porque son unidades más accesibles o que requieren una inversión menor.

Los números hablan solos: en abril de este año un sueldo promedio argentino alcanzaba para construir 1,13 metros cuadrados, mientras que en abril de 2017 se podían construir 1,39 metros, según datos de Invertire. Además, hoy con un sueldo mensual se alcanza a pagar apenas 0,71 cuotas de un pozo, un número que hace 5 años llegaba a 1,51.

Estas unidades, explica Tabakman, se mueven especialmente entre los inversores, que son también quienes están más dispuestos a correr riesgos y entran en los inicios de una obra: “Al desarrollador le conviene vender más rápido y poder financiarse con el dinero de los compradores, entonces arma los proyectos pensando la forma de financiamiento más eficaz, que le permita tener un cash flow más holgado”, señala.

LOS MONOAMBIENTES SON LOS NUEVOS FAVORITOS DE LOS DESARROLLADORES

Zonaprop.

Por qué las firmas constructoras apuestan cada vez más por las unidades más chicas. Qué pide el mercado hoy.

Invertir en ladrillos es un clásico, sobre todo en países como la Argentina donde se busca con urgencia un refugio de valor para los ahorros. Pero las distintas crisis que se suceden hacen que el acceso a un inmueble, incluso para quienes no lo buscan como primera propiedad, sea cada vez más difícil.

Así y todo, la construcción continúa en movimiento, con una clara tendencia a la vista: los desarrolladores apuestan por proyectos donde dominen los monoambientes.

Alcanza con hacer una rápida búsqueda en Zonaprop para comprobarlo. En la categoría “Emprendimientos” hay una lista de casi 3000 desarrollos inmobiliarios con opciones de monoambientes en venta. Ni hablar si el filtro e incluye usados y a estrenar: el número de departamentos en venta supera las 62.000 unidades.

La tendencia a optar por los monoambientes tiene un carácter local y global. Según Damián Tabakman, presidente de CEDU (Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos) que agrupa a los principales desarrolladores inmobiliarios del país, el primer factor que explica este fenómeno tiene que ver con una baja en el poder adquisitivo de la población, que se ve especialmente acelerado por el difícil contexto macroeconómico argentino, lo que hace que muchos compradores elijan los monoambientes porque son unidades más accesibles o que requieren una inversión menor.

Los números hablan solos: en abril de este año un sueldo promedio argentino alcanzaba para construir 1,13 metros cuadrados, mientras que en abril de 2017 se podían construir 1,39 metros, según datos de Invertire. Además, hoy con un sueldo mensual se alcanza a pagar apenas 0,71 cuotas de un pozo, un número que hace 5 años llegaba a 1,51.

Estas unidades, explica Tabakman, se mueven especialmente entre los inversores, que son también quienes están más dispuestos a correr riesgos y entran en los inicios de una obra: “Al desarrollador le conviene vender más rápido y poder financiarse con el dinero de los compradores, entonces arma los proyectos pensando la forma de financiamiento más eficaz, que le permita tener un cash flow más holgado”, señala.

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